Para debatir

La mujer en la Constitución de 1812

La Constitución de 1812 representa el primer paso dado por España hacia la libertad y la democracia. Sin embargo, pese a los debates iniciados durante el siglo XVIII sobre la capacidad intelectual de las mujeres y el papel que éstas ejercieron en la nueva sociedad, la llegada de los principios liberales a Cádiz excluyó de forma sistemática cualquier participación ciudadana de lo que entonces se conocía como el “bello sexo”. La diferencia entre los cuerpos femenino y masculino acabó atribuyendo a cada uno de ellos distintas capacidades, legitimando a partir de una diferencia estrictamente biológica, lo que llamamos el sexo, una desigualdad de carácter social y cultural, es decir, el género.
Las mujeres del siglo XIX, tenían como único oficio el matrimonio, y para ello se las educaba. La mujer gaditana en el siglo XIX, al igual que acontecía en el resto de España, estaba relegada a ocupar un papel secundario dentro de la vida social, económica, cultural y política, debido principalmente a que la educación que recibía consideraba que la mujer tenía reservado un lugar propio, y que éste se ceñía únicamente al ámbito familiar. En este sentido, se consideraba que una mujer estaba bien formada y cumplía a la perfección con su rol social, simplemente con saber leer y escribir, tener breves nociones de literatura e historia y saber de otras materias, más vinculadas a lo doméstico que al nivel intelectual.
La exclusión de la mujer en la vida política del Cádiz de las Cortes fue tan radical que ni siquiera fue reconocida como ciudadana en la Constitución. Por este motivo, muchas de las gaditanas, sobre todo aquellas de alto nivel cultural, optaron por organizar tertulias literarias y políticas al margen de las protagonizadas por los hombres. El café Apolo o la Plaza de San Antonio fueron fieles testigos de estas congregaciones que se organizaban después del almuerzo. Éstas, por lo general, se organizaban en torno a la figura de una mujer de gran preparación cultural que moderaba las conversaciones y era la anfitriona de la velada. Dos de las tertulias femeninas más populares fueron las de Margarita López Morla y Frasquita Larrea.

Diferencias entre Constitución y Carta Otorgada

La Constitución o carta magna (del latín cum, con, y statuere, establecer) es la norma suprema, escrita o no, de un Estado soberano u organización, establecida o aceptada para regirlo. La constitución fija los límites y define las relaciones entre los poderes del Estado (poderes que, en los países occidentales modernos, se definen como poder legislativo, ejecutivo y judicial) y de estos con sus ciudadanos, estableciendo así las bases para su gobierno y para la organización de las instituciones en que tales poderes se asientan. Este documento busca garantizar al pueblo sus derechos y libertades.

Por otro lado e denomina carta otorgada (en francés, "charte octroyée") a un documento por el cual el rey se comprometía a gobernar a sus súbditos de una forma determinada. Suponía de hecho una constitución para el estado, si bien en lugar de ser dictada por el pueblo, la carta otorgada surgía del poder absolutista anterior, el rey.
Por lo general, las cartas otorgadas eran muy restrictivas en cuanto a derechos y representatividad, es como una constitución pero en la carta otorgada no se reconoce el principio de soberanía nacional.

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